fuertes en la debilidad
Fuertes en la debilidad
*[[2Co
12:8]] RV60a* respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de
mí.
*[[2Co
12:9]] RV60a* Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona
en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo.
*[[2Co
12:10]] RV60a* Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte.
El apóstol Pablo
viene relatando un gran suceso que le pasó a el, más atrás dice que tuvo una revelación
muy grande, fue llevado hasta el tercer cielo, y oyó cosas que no se pueden
hablar con palabras Humanas.
El apóstol
dice que para que esas revelaciones que ha tenido no lo enorgullecieran tanto
le fue dado un aguijón, no dice exactamente qué era ese aguijon, algunos dicen
que era un problema en los ojos, quedó así cuando se le apareció Jesús. *[[Gal
4:15]] RV60a* ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque
os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros
propios ojos para dármelos.
otros dicen
que era malaria enfermedad muy común en el Mediterráneo en ese tiempo, otros
dicen que era alguna debilidad carnal. Lo único cierto es que era algo que le
causaba mucho dolor.
Pero eso le
fue dado para que el no se enalteciera, imagínese usted si recibiera algún tipo
de revelación así, que fuera llevado al cielo y quien sabe tal ves mirara a
Dios mismo. Como andaríamos, me imagino corriendo de lado a lado contando su
testimonio y siendo alabado, la gente diciéndole allá va el que fue hasta el
cielo y vio a Dios, hablo con el. Eso hermanos es para que se le suban los
zumos como se dice popularmente.
Pero esa
debilidad que fue dada al apóstol le recordaba que era un simple mortal, que no
era nadie, que solo era por la gracia o favor inmerecido de Dios, esa debilidad
le hacía andar con los pies en la tierra, humilde.
*[[Gal
4:14]] RV60a* y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en
mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo
Jesús.
Nos damos
cuenta que el apóstol tenía algo que lo hacía ser humilde, reconocer su
debilidad, su necesidad de Dios.
- la verdad es
que todos tenemos ese aguijon, esa debilidad que nos recuerda la necesidad del
señor, lo de Pablo era algo como una enfermedad, para nosotros puede que sea
algo diferente, lo cierto es que la tenemos, a veces quisiéramos ser perfectos,
no tener debilidades, estar completos, pero lo cierto es que son esas
debilidades las que:
* nos
recuerdan la necesidad que tenemos de Dios.
Es la
debilidad la que nos muestra lo mucho que necesitamos del señor, la tendencia
del ser humano es ser independiente y autosuficiente, pero son las debilidades
las que nos someten a Dios, de alguna forma nos obligan a buscarle a el.
Al apóstol le
revelaba su necesidad del señor, le hacía ver lo débil que era, lo frágil, lo
humano.
- creo que la
mayor desgracia que le puede pasar a un ser humano es no reconocer su debilidad,
no reconocer su humanidad, su fragilidad. Somos muy frágiles, el viernes visite
a un compañero de trabajo, estaba enfermo en cama y pude ver lo débiles y frágiles
que somos como humanos, pero hay hombres que no reconocen la grandeza de Dios,
no reconocen su necesidad de el.
Y es en medio
de esa debilidad que:
* Dios muestra
su poder en la debilidad.
El apóstol decía
porque cuando soy débil entonces soy fuerte. Esto es una paradoja, una paradoja
es una contradicción aparente pero que se puede explicar y está se puede
explicar, cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Es cuando
reconocemos nuestra debilidad, es cuando llegamos al punto donde decimos señor
hasta aquí llegó yo, no puedo más, no puedo soportar, no aguanto más, esto pudo
conmigo, señor te necesito. Es en ese momento, es en ese momento de máxima
debilidad, en ese momento donde sus fuerzas se han agotado, en ese momento algo
ocurre, de repente Dios nos observa, el nos está viendo, ve en esa debilidad la
oportunidad que el estaba esperando para levantarse y arroparte con su poder,
era el momento esperado por el para comenzar actuar, donde terminan nuestras
fuerzas comienzan las fuerzas inagotables de el.
Necesitamos
dejar de ser prepotentes y creer que podemos solos porque de esa forma jamás obrará
el poder de él en nuestras vidas, es cuando reconocemos nuestra debilidad,
nuestra falencia que el poder del él se perfecciona.
Entonces
podemos decir como el apostol en mi debilidad soy fuerte, porque es mi papá el
que se levanta por mí y me ayuda con su brazo.
Ahora un
pregunta.
* Como se si
tengo un aguijón. Si la debilidad que tengo Dios no me la va quitar?
Si he hecho
como el apostol, he orado al señor, si le he implorado, el apóstol decía he rogado.
Rogar es orar con intensidad. Si hemos hecho esto y no hemos tenido respuesta o
hemos tenido una respuesta negativa así como el apostol, es porque posiblemente
tengamos un aguijón, algo que nos recuerda la necesidad del señor, nos recuerda
que sin él no podemos.
Y estará ahí
hasta que el señor vea conveniente, pero el apóstol decía me gozo en eso porque
es cuando puedo ver qué lo que hago es por el favor de Dios. Me gozo en esto
porque es cuando puedo ver a Dios con su poder obrando en mi vida.
Ahora escuché
esto.
* El aguijón
no es una excusa para fallar o no hacer algo para el señor.
Podríamos
decir entonces bueno esto que tengo es un aguijón que el señor no va a quitar,
lo voy a tener siempre ahí y relajarme y no hacer nada. Vemos que el apóstol Pablo
en ningún momento se escudo en su dificultad, al contrario el confiaba en el
señor el cual era poderoso para obrar en medio de esa debilidad.
El le servía a
el, a pesar de su debilidad fundaba iglesias, trabajaba, se esforzaba, seguía
creyendo en el señor.
Nosotros
debemos hacer nuestra parte, el señor hace el resto, que es lo que nos
corresponde hacer, orar, buscar al señor, rogarle a el que nos ayude, que nos quite
esa debilidad.
El apóstol
dice 3 veces he orado, podríamos decir pero solo tres veces, tan poquito, pero
es que en las tres veces el señor le había respondido que no.
Así que
nuestro deber es orar al señor por esa debilidad que tenemos.
Conclusión.
Para concluir
este tema del día de hoy, quiero decirles que vamos a tener pruebas que van y
vienen, y nos mostrarán la necesidad de buscar de Dios. Nos mostrarán lo débiles
que somos.
Son esas las
que nombra el apóstol en el versiculo 10, el dice me gozo en mis debilidades,
afrentas, necesidades, angustias, persecuciones porque cuando eso viene, cuando
eso esta, es cuando puedo ver su poder, en esa debilidad puedo decir soy
fuerte.
Pero también
podremos llegar a tener así como el apostol un aguijón, eso que así clamemos estará
ahí para que reconozcamos la necesidad del señor. Eso que no se irá, estará ahí.
Pero a pesar de eso debemos seguir creyendo al señor.
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